(Des)propósitos para el año nuevo

check-listAhora que han pasado algo más de 24 horas desde ese desparrame que es el final de año. Acontecimiento ficticio por excelencia, organizado con la única intención de hacer que os gastéis vuestro dinero tontamente, que os comportéis como animales y que no utilicéis el cerebro durante un periodo largo. Es buen momento para hacer una lista de (des)propósitos. No una de esas llenas de falsedades en las que pone: estudiar idiomas, ir al gimnasio, no engañar más a mi esposa, no chillar a los niños, cuidar a mis padres cuando estén enfermos, hacerme socio de una ONG o apadrinar un niño y todas esas zarandajas que os han enseñado a decir e incluso a apuntar.

Yo os paso la mia:

No necesitar nada ni a nadie. No esperar nada ni a nadie. No ser nada ni nadie

Ser pequeño no abultar, ser casi casi evanescente, transparente. Abandonar la incandescencia y transformarme en transparencia. No ambicionar por nunca más la trascendencia

No emitir proclamas ni soflamas. Sustituir la ideología por principios.

No tener seguidores ni seguir a nadie. No pertenecer a nada ni a nadie. No ser gregario ni sectario. No volver a escribir una lista de buenos propósitos el próximo año. Seguir pensando y analizando.

Saludos.

Eutiquio Sobrado

Indignado

in1Mi retiro espiritual de estos días se ha visto turbado por una noticia que me ha obligado a desperezarme, a levantarme de la cama, a frotarme los ojos e incluso a cambiarme de calzoncillos.

Mi identidad ha sido suplantada. Sí amigos. Hay un individuo impresentable con mi nombre que reparte comentarios imbéciles en «Twitter». Para postre, no es gallego, escribe en inglés y dice solemnes estupideces y escupe comentarios nada literarios. No os hago un link a su Twitter porque no quiero que tenga ni una visita más. Por suerte sólo tiene tres seguidores que inequívocamente deben ser otros individuos descerebrados, de los que seguramente sólo disponen de tronco del encéfalo y cerebelo como sistema nervioso primario, ni gota de corteza.

Vamos, simplemente aclarar que ese degenerado no soy yo. Igual coincidimos en nombre, pero en absoluto en espíritu, cultura y buena educación.

Os dejo, me vuelvo a la posición del loto y a seguir disfrutando de «El rey de los alisos»… Pronto vendrá mi comentario.

Ni se os ocurra leer a ese cernícalo, zopenco y tarugo.

Benigno F.

PD: Voy a hablar con mi editor y su gabinete de abogados, a ver si lo podemos demandar y obtenemos una buena indemnización que me sirva para seguir tirando sin currar.